En la esquina de Montevideo y 9, donde las baldosas guardan secretos y los atardeceres doran las vitrinas, late el corazón de La Central. No es solo una tienda: es un testigo de cien años de historias, de manos que eligieron telas con la misma esperanza con la que se elige un futuro.

Corría el año 1917 cuando unos inmigrantes decidieron plantar su sueño. Llegaron desde lejos con el alma abierta y el acento lleno de mar. Pusieron en marcha el mostrador, colgaron los primeros rollos de género, y con una sonrisa tímida empezaron a atender a un pueblo que también estaba naciendo.

Pasaron los años. Los toldos se gastaron al sol, las calles cambiaron de cara, pero La Central siguió firme. Mamás con sus hijos de la mano, novias buscando la tela para su vestido, abuelas enseñando a elegir con tacto y paciencia. Cada cliente se llevaba un pedazo de historia, sin saberlo.

Durante la guerra, la crisis, las inundaciones y las fiestas, esa tienda siempre estuvo ahí. Un refugio donde se hablaba de la vida mientras se medía la tela. Donde la confianza valía más que el precio.


Porque La Central no solo vende productos textiles. Vende memoria, raíces y continuidad. Y en una ciudad como Berisso, eso vale más que el oro.

Fuente: Sitio Web Municipalidad de Berisso

Video : Berisso Nos Une Municipalidad de Berisso