La Cédula y el Carné: Dos Caras de una Misma Época

En la Argentina de mediados del siglo XX, dos documentos atestiguaban la identidad y el paso de una persona: la cédula de identidad, regida por la Ley 5004, y el carné de entrada a la Destilería La Plata.

La Cédula: Un Reflejo de la Identidad Nacional

La Ley 5004, promulgada en la provincia de Buenos Aires, estableció un sistema de identificación civil que buscaba registrar y controlar a la población. La cédula de identidad, emitida bajo esta ley, se convirtió en un documento esencial para la vida cotidiana. En ella se plasmaban los datos personales, la filiación y, con el tiempo, la fotografía del individuo.

En las décadas de 1940 y 1950, la cédula adquirió una relevancia particular en el contexto de la consolidación del Estado de bienestar y la expansión de los derechos sociales. Era requerida para acceder a empleos, servicios públicos, votar y realizar trámites administrativos.

El Carné: Un Símbolo del Mundo Laboral

En paralelo, el carné de entrada a la Destilería La Plata representaba un símbolo del mundo laboral y la pertenencia a una comunidad específica. La destilería, un importante complejo industrial, empleaba a miles de trabajadores que portaban este carné como identificación y autorización para ingresar a sus instalaciones.

El carné no solo cumplía una función práctica, sino que también simbolizaba el orgullo de pertenecer a una empresa estatal clave en el desarrollo del país. En las décadas de 1950 y 1960, la destilería experimentó un crecimiento significativo, y el carné se convirtió en un distintivo de la clase obrera industrial.

Dos Documentos, una Historia Compartida:

La cédula y el carné, aunque distintos en su propósito, compartían una historia común. Ambos documentos reflejaban la importancia de la identidad y la pertenencia en la Argentina de mediados del siglo XX. La cédula representaba la identidad nacional y los derechos ciudadanos, mientras que el carné simbolizaba la identidad laboral y el orgullo de pertenecer a una comunidad de trabajadores.

Juntos, estos documentos nos permiten reconstruir una época en la que la identidad y el trabajo eran pilares fundamentales de la vida social.

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