La Mítica calle Nueva York
Mansión de Obreros
27 de Febrero del 2025
Imágen Entrada a la Mansión de Obreros
La "Mansión de Obreros" en Berisso, era un Conjunto de Viviendas financiado por la Unión Popular Católica y construido por la Comisión Nacional de Casas Baratas.
La vivienda se concebía como un instrumento reformador de los sectores populares. Las "Mansiones" se emplazaban en zonas pobladas, tendiendo a completar la trama urbana existente, y cercanas a los lugares de trabajo. Desde el punto de vista tipológico, la propuesta combinó la vivienda individual con la colectiva, en un conjunto bajo y denso. El proyecto, sin embargo, se concretó parcialmente.
Más que un conjunto de viviendas, es un refugio de memorias, un eco de voces silenciadas que aún resuenan en sus paredes de ladrillo. Imaginen, al caer la tarde, las sombras alargándose sobre los patios compartidos, el aroma a guiso casero mezclándose con el humo de las chimeneas.
Cada puerta encierra una historia: la del inmigrante italiano que llegó con una valija llena de sueños, la de la familia polaca que encontró refugio tras la guerra, la del obrero del Swift que volvía a casa con el cansancio en los huesos y la esperanza en el corazón.
Los niños jugaban en las calles empedradas, sus risas llenando el aire de vida. Los vecinos compartían el pan y la sal, se ayudaban en los momentos difíciles, celebraban juntos los logros. La "Mansión" era más que un lugar para vivir, era una comunidad, una familia extendida.
En las noches de invierno, el calor de las estufas se mezclaba con el calor humano. Las historias se contaban al calor del fuego, los sueños se compartían en voz baja, las canciones se entonaban con nostalgia. La "Mansión" era un refugio contra el frío, la soledad, la incertidumbre.
Pero el tiempo, implacable, dejó su huella. Las voces se apagaron, las risas se silenciaron, los patios se vaciaron. La "Mansión" quedó sumida en el silencio, testigo mudo de un pasado que se desvanece.
Hoy, al recorrer sus pasillos vacíos, se puede sentir la presencia de aquellos que la habitaron. Sus espíritus vagan entre las sombras, sus recuerdos se aferran a las paredes, sus historias se entrelazan con las nuestras.
La "Mansión de Obreros" es un recordatorio de que las ciudades son mucho más que edificios y calles; son el reflejo de las personas que las habitan, de las historias que las construyen, de los sueños que las impulsan.
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