En Berisso, donde el aire se respira a tango y el eco de los inmigrantes aún resuena en las calles empedradas, existió un poeta llamado Raúl Silvetti. Un hombre de palabras sencillas pero profundas, que supo cantar a su tierra con la pasión de un enamorado.

Silvetti no era un poeta de versos altisonantes ni metáforas rebuscadas. Su poesía era como un mate amargo, directo al alma, sin vueltas ni artificios. Sus palabras brotaban de la tierra que lo vio nacer, de las historias de sus vecinos, de la lucha de los trabajadores del frigorífico. Esa sensibilidad quedó plasmada en su libro "Castillos de Lata", un testimonio de su mirada sobre el mundo que lo rodeaba.

Su voz se alzaba en los eventos culturales de Berisso, como un faro que iluminaba la identidad de su pueblo. Su participación en la edición del Himno a Berisso, un proyecto que llegó a las escuelas y distintas entidades gracias a su compromiso, fue un regalo a su comunidad, un canto que unió a generaciones y fortaleció el sentido de pertenencia. Su voz, recitando o presentando, era parte fundamental de la vida cultural de la ciudad.

Pero Silvetti no solo cantaba a su tierra, también se preocupaba por su gente. Su participación en la presentación del CD "Música y Musicantes de Berisso" fue un homenaje a los artistas locales, a aquellos que con su música llenaban de alegría las calles de la ciudad.

Y cómo olvidar su participación en el homenaje a la calle Nueva York, un lugar cargado de historia y simbolismo para los berissenses. Allí, donde los inmigrantes construyeron sus sueños y los trabajadores lucharon por sus derechos, la voz de Silvetti resonó con fuerza, recordando el pasado y celebrando el presente.

Raúl Silvetti fue un poeta de su tiempo, un hombre comprometido con su comunidad y con la cultura de su pueblo. Su legado perdura en la memoria de los berissenses, en sus poemas sencillos pero profundos, en su amor por la tierra que lo vio nacer, en la música del himno que ayudó a difundir y en las páginas de su libro que resguardan su sentir.

Hoy, su nombre se pronuncia con cariño y respeto en los círculos culturales de Berisso. Su poesía sigue viva, resonando en el corazón de aquellos que lo conocieron y en aquellos que descubren su obra por primera vez.

Raúl Silvetti, el poeta de Berisso, un hombre que supo cantar a su tierra con el alma y que dejó un legado imborrable en la cultura de su pueblo.