En el corazón de Berisso, en la calle 159 entre 11 y 12, late un corazón que ha pulsado durante casi 80 años: el Club Honor y Patria. Un 16 de agosto de 1945, un grupo de almas visionarias sembraron la semilla de una institución que se convertiría en mucho más que un simple club: un símbolo de unión, esfuerzo y amor por la comunidad.

Aquellos pioneros, con la fuerza de la juventud y el espíritu de la solidaridad, no solo construyeron paredes, sino que tejieron lazos de hermandad. Ayudaron a levantar veredas, acercaron el agua a los hogares sedientos y crearon una biblioteca que alimentó las mentes curiosas del barrio. Las fiestas de carnaval, llenas de color y alegría, fueron el reflejo de un espíritu festivo que contagiaba a todos.

Los libros de actas de aquellos tiempos dorados son testigos de una verdad conmovedora: los presidentes eran jóvenes, apenas superando la veintena, pero con un compromiso inquebrantable. El respaldo de la comunidad era su motor, y la pasión por construir un futuro mejor, su guía.

Así transcurrieron años de entrega y crecimiento, con el centro de fomento vecinal como el epicentro de la vida familiar. Hasta que, lamentablemente, manos ajenas a los principios fundacionales intentaron desviar el rumbo de esta noble institución.

Pero la llama de la esperanza nunca se extinguió. En febrero de 2002, un grupo de vecinos valientes y decididos, armados con martillos y cortafierros, derribaron los candados que intentaban encerrar el espíritu de Honor y Patria. Con el corazón lleno de ilusión, abrieron las puertas a una nueva etapa.

El domingo 16 de agosto de 2015, el Club Honor y Patria, rebautizado como Centro Cultural "El Clú", celebró sus primeras siete décadas de vida. Siete décadas de historias, de sueños compartidos, de desafíos superados y de un legado que sigue vivo en cada rincón de Berisso.

Imaginen por un momento a esos jóvenes pioneros, trabajando codo a codo, con la ilusión de construir un futuro mejor para su comunidad. Visualicen las fiestas de carnaval, llenas de música y color, donde las familias se reunían para celebrar la vida. Sientan la emoción de aquellos vecinos que, con valentía, recuperaron el club de sus sueños.

El Club Honor y Patria es mucho más que un edificio, es un símbolo de esperanza, un testimonio de que los sueños pueden hacerse realidad cuando se trabaja con pasión y compromiso. Es un legado que nos invita a seguir construyendo un futuro mejor para las generaciones venideras.

En la imágen se observa un reconocimiento al vecino Lino Pinarello por su dedicación en el club durante 25 años.