Por las calles de la Ciudad de Berisso , “Siete Sacos” o “Toto”, el hombre que no tenía nombre, deambuló por mas de 40 años, siendo uno de los grandes misterios respecto de una historia de la que no se tiene conocimientos ciertos. Siete Sacos se comunicaba a través de señas, por lo que su identidad siempre fue desconocida.

Con un lento pero sostenido andar , “Siete Sacos” se movía por el centro de la ciudad, siempre con un cigarrillo en su mano. Solía descansar en el Hospital de Berisso y durante mas de cuatro décadas, los vecinos cuidaron de él, brindándole ropa, comida y afecto.

Su nombre y su pasado fueron un misterio. Años atrás intentaron rastrear su identidad, pero no encontraron registro alguno. Se estima que rondaba los 80 años. Sobre el pasado de este personaje de la mitología barrial, circularon distintas versiones. Algunos decían que fue un adinerado médico platense que perdió la cordura cuando su esposa e hijos murieron en un accidente de tránsito. Pero todo eso nunca pudo corroborarse, por eso “Toto”, “Carlitos”, o “Siete Sacos”, apodo que se ganó por la cantidad de abrigos que usaba, se transformó en una suerte de mito urbano de la ciudad.

La última etapa de su vida la transito en el Hogar de Ancianos “Bartolomé Daneri” de Los Talas, el cual pasó a ser su casa. Allí transcurrió sus días, entre rutinas básicas y momentos compartidos con los otros abuelos albergados en el lugar y el personal que los asistía. Contaba el personal del hogar que “Toto” se había adaptado e integrado muy bien con los demás abuelos .

Una fiscalía de la Ciudad de La Plata llevó adelante una investigación y, en las entrevistas que los funcionarios judiciales tuvieron con él, habían logrado sacarle, a regañadientes, el nombre: Juan Carlos Ramírez. Fue entonces que tuvo su DNI, en el cual solo figuraba ese nombre.

La noche del 6 de Septiembre de 2017, luego de la cena y de fumarse un cigarrillo, una falla cardíaca derivó en su fallecimiento. Un equipo de médicos trató de reanimarlo pero los esfuerzos, lamentablemente, no alcanzaron para revertir el fatal descenlace. La Municipalidad de Berisso se hizo cargo del sepelio. Los restos de "Siete Sacos" descasan en el Cementerio Parque de la ciudad. Su fallecimiento causo un hondo pesar en toda la comunidad. Su paso a la inmortalidad transformó a "Siete Sacos" en Leyenda.

Este sitio rinde homenaje a Siete Sacos, un alma errante cuya presencia silenciosa marcó las calles de nuestra ciudad con una historia que, aunque nunca contada con palabras, quedó grabada en la memoria de quienes lo vieron pasar. Su existencia, envuelta en misterio y humildad, nos recuerda que la vida se expresa de muchas maneras, y que incluso en el silencio más profundo puede haber una lección de resistencia, dignidad y humanidad.